El principio de un orquestador de la nube gira en torno a la automatización y coordinación de la implementación, configuración y gestión de la infraestructura y los servicios de la nube. Sirve como un mecanismo de control central que abstrae las complejidades y optimiza la utilización de recursos en entornos informáticos distribuidos. Al aprovechar las API y los scripts de automatización, un orquestador de la nube (como Kubernetes, Terraform o herramientas específicas de la nube) garantiza una integración perfecta de varios recursos de la nube, como máquinas virtuales, contenedores, almacenamiento y componentes de red. Este principio permite a las organizaciones implementar y administrar aplicaciones de manera eficiente, escalar recursos dinámicamente y mantener flujos de trabajo operativos consistentes en entornos de nube.
El propósito de la orquestación de la nube es optimizar y automatizar el aprovisionamiento, la implementación, la configuración y la gestión de los recursos y aplicaciones de la nube. Su objetivo es optimizar la utilización de recursos, mejorar la escalabilidad, mejorar la eficiencia operativa y reducir la intervención manual en las operaciones en la nube. Las plataformas de orquestación en la nube permiten a las organizaciones definir y ejecutar flujos de trabajo complejos, manejar dependencias entre servicios, aplicar políticas de cumplimiento y seguridad y lograr un rendimiento consistente en infraestructuras de nube distribuidas. En última instancia, la orquestación de la nube mejora la agilidad y la flexibilidad en la gestión de aplicaciones y servicios nativos de la nube, respalda las prácticas modernas de DevOps y acelera las iniciativas de transformación digital.
El propósito de un orquestador, ya sea en computación en la nube u otros contextos, es coordinar y gestionar la ejecución de tareas, procesos o recursos para lograr objetivos predefinidos de manera eficiente. En entornos de nube, los orquestadores automatizan los flujos de trabajo y gestionan las interacciones entre diversos componentes, como máquinas virtuales, contenedores, volúmenes de almacenamiento y servicios de red. Garantizan que los recursos se aprovisionen, configuren e interconecten de acuerdo con los requisitos y políticas operativas especificados. Al imponer coherencia, escalabilidad y confiabilidad, los orquestadores simplifican tareas complejas, optimizan la asignación de recursos y permiten una integración perfecta de aplicaciones en infraestructuras de nube distribuidas.
El principio de funcionamiento de la computación en la nube implica la prestación de servicios informáticos (incluidos servidores, almacenamiento, bases de datos, redes, software y análisis) a través de Internet («la nube») mediante un sistema de pago por uso. Los proveedores de computación en la nube como AWS, Google Cloud y Microsoft Azure ofrecen recursos a pedido, y los usuarios acceden a ellos y los administran a través de navegadores web o API. Los principios clave incluyen la virtualización, donde el hardware físico se abstrae en recursos virtuales, la escalabilidad para satisfacer las diferentes demandas de carga de trabajo, la elasticidad para ampliar o reducir los recursos dinámicamente y la facturación medida según el uso. Estos principios sustentan la flexibilidad, la rentabilidad y la accesibilidad que definen la computación en la nube como una tecnología transformadora.
CloudFormation, la infraestructura como servicio de código de AWS, opera según el principio de definir y administrar recursos en la nube mediante plantillas declarativas. Los usuarios describen los recursos y configuraciones de la nube que desean en formato JSON o YAML, conocidos como plantillas de CloudFormation. Luego, el servicio aprovisiona y administra esos recursos automáticamente, manejando dependencias, ordenando y operaciones de reversión según sea necesario. Las plantillas de CloudFormation permiten implementaciones consistentes y reproducibles en entornos de AWS, lo que respalda las mejores prácticas de automatización, escalabilidad y gobernanza. Este principio de infraestructura como código simplifica la administración de recursos, mejora la eficiencia operativa y garantiza la coherencia de la infraestructura en diferentes regiones y cuentas de AWS.