HTTP (Protocolo de transferencia de hipertexto) y HTTPS (Protocolo seguro de transferencia de hipertexto) son protocolos utilizados para transmitir datos a través de Internet, pero difieren significativamente en términos de seguridad:
HTTP es el protocolo estándar utilizado para transmitir y recibir mensajes de hipertexto en la World Wide Web. Opera sobre TCP/IP y normalmente utiliza el puerto 80 para la comunicación. HTTP envía datos como texto sin formato, lo que significa que los datos transmitidos entre el cliente (como un navegador web) y el servidor no están cifrados. Esta falta de cifrado hace que HTTP sea vulnerable a escuchas, interceptación de datos y manipulación, especialmente en redes no seguras.
HTTPS, por otro lado, es una extensión de HTTP que incorpora protocolos SSL/TLS para proporcionar mecanismos de cifrado y autenticación. Garantiza una comunicación segura entre el cliente y el servidor cifrando los datos transmitidos a través de la red. HTTPS opera en el puerto 443 y cifra los datos mediante certificados SSL/TLS, que autentican la identidad del servidor y establecen una conexión segura antes de que comience la transmisión de datos. Este cifrado protege la información confidencial, como las credenciales de inicio de sesión, los detalles de pago y los datos personales, para que no sean interceptados o modificados por terceros malintencionados.
HTTP se considera no seguro porque transmite datos como texto sin formato a través de Internet, lo que lo hace susceptible a diversas amenazas y vulnerabilidades de seguridad. Sin cifrado, los atacantes pueden interceptar, monitorear o modificar los datos transmitidos a través de HTTP, especialmente en redes Wi-Fi públicas u otras conexiones no seguras. Esta falta de seguridad compromete la confidencialidad y la integridad de la información confidencial intercambiada entre el cliente y el servidor, lo que plantea riesgos para la privacidad del usuario y la seguridad de los datos.
A pesar de los riesgos de seguridad asociados con HTTP, todavía se utiliza en escenarios donde los requisitos de seguridad son mínimos o donde el cifrado no se considera necesario. Por ejemplo, HTTP se usa comúnmente para acceder a sitios web públicos, leer artículos de noticias y ver contenido no confidencial donde la confidencialidad e integridad de los datos son menos críticas. Además, HTTP puede usarse para comunicaciones internas dentro de redes privadas donde las medidas de seguridad se aplican a través de otros medios, como firewalls de red y controles de acceso.
En términos de rendimiento, HTTP es generalmente más rápido que HTTPS porque no implica la sobrecarga asociada con los procesos de cifrado y descifrado. Cuando se utiliza HTTP, la transmisión de datos entre el cliente y el servidor es sencilla y no requiere procesamiento adicional para cifrar o descifrar datos. Como resultado, HTTP puede entregar páginas web y recursos más rápidamente, especialmente para contenido que no requiere cifrado o donde las consideraciones de seguridad son mínimas. Sin embargo, la desventaja es una seguridad reducida en comparación con HTTPS, que cifra los datos para proteger la información confidencial durante la transmisión a través de Internet.