Un servidor proxy actúa como intermediario entre los clientes (como los navegadores web) e Internet. Reenvía las solicitudes de los clientes a los servidores web y devuelve las respuestas de los servidores a los clientes. Los servidores proxy pueden mejorar la privacidad al enmascarar la dirección IP y la ubicación del cliente, haciendo que parezca que las solicitudes se originan en la dirección IP del servidor proxy.
Un proxy inverso, por otro lado, se ubica entre los clientes y los servidores backend, interceptando las solicitudes entrantes de los clientes y reenviándolas a los servidores backend apropiados. Puede realizar funciones como equilibrio de carga, terminación SSL, almacenamiento en caché y protecciones de firewall de aplicaciones web (WAF). Los proxies inversos se utilizan a menudo para mejorar el rendimiento, la escalabilidad y la seguridad de los servicios backend.
Una red privada virtual (VPN) crea un túnel cifrado y seguro entre un dispositivo cliente y un servidor VPN, normalmente ubicado de forma remota. Las VPN se utilizan principalmente para proteger las conexiones a Internet, proteger la privacidad cifrando el tráfico de datos y permitir a los usuarios acceder a recursos restringidos o evitar la censura.
La elección entre un proxy y una VPN depende de las necesidades específicas. Los servidores proxy son útiles para tareas como anonimizar la navegación web o eludir restricciones de contenido basadas en la dirección IP. Sin embargo, las VPN brindan una seguridad más completa al cifrar todo el tráfico de Internet y son ideales para proteger las comunicaciones en redes públicas o acceder de forma segura a contenido geográficamente restringido.
Un proxy completo maneja conexiones tanto del lado del cliente como del lado del servidor, gestionando el tráfico en ambas direcciones. Puede realizar funciones como inspección de contenido, almacenamiento en caché y filtrado de seguridad para el tráfico entrante y saliente. Por el contrario, un proxy inverso gestiona específicamente las solicitudes entrantes de los clientes y las reenvía a los servidores backend, centrándose en mejorar el rendimiento y la seguridad de las aplicaciones del lado del servidor.
En términos de seguridad, las VPN y los proxies inversos tienen diferentes propósitos. Las VPN cifran todo el tráfico entre un cliente y un servidor VPN, proporcionando una sólida protección contra escuchas y manipulaciones. Los servidores proxy inversos mejoran la seguridad al proteger los servidores backend de la exposición directa a Internet, mitigar ataques como DDoS (denegación de servicio distribuido) y proporcionar controles de seguridad centralizados como WAF y autenticación.
Si bien las VPN y los proxies inversos cumplen funciones distintas, pueden complementarse entre sí en ciertos escenarios. Es técnicamente factible utilizar una VPN para conectarse a una red donde se implementa un proxy inverso. Sin embargo, las VPN y los servidores proxy inversos operan en diferentes capas de la pila de red y normalmente se implementan para diferentes propósitos. Combinarlos dependería de casos de uso específicos, como acceder a aplicaciones internas a través de una VPN y al mismo tiempo aprovechar un proxy inverso para mejorar el rendimiento y la seguridad de los servicios externos.