¿Qué es la intrusión en la ciberseguridad?

En ciberseguridad, la intrusión se refiere al acceso o entrada no autorizado a un sistema informático, red o repositorio de datos por parte de un individuo o entidad con intenciones maliciosas. Las intrusiones pueden comprometer la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los activos digitales, lo que podría provocar robo de datos, daños al sistema o interrupción de las operaciones. Las intrusiones generalmente se llevan a cabo mediante la explotación de vulnerabilidades en el software, configuraciones de red o errores humanos, lo que destaca la importancia de medidas de seguridad sólidas como firewalls, cifrado y sistemas de detección de intrusiones para detectar y mitigar los intentos de acceso no autorizados.

Una intrusión, en términos generales, se refiere al acto de ingresar a un lugar o dominio sin permiso o autorización.
En materia de ciberseguridad, una intrusión se refiere específicamente al acceso o penetración no autorizados en sistemas o redes digitales. Implica eludir las medidas de seguridad para obtener acceso a información o recursos confidenciales con fines maliciosos, como robar datos, interrumpir operaciones o instalar software malicioso.

Las intrusiones en ciberseguridad se pueden clasificar en diferentes tipos según los motivos y técnicas de los intrusos. Los tipos comunes de intrusos incluyen piratas informáticos que buscan explotar vulnerabilidades para obtener ganancias financieras o intenciones maliciosas, personas internas con acceso privilegiado que abusan de sus permisos y bots automatizados o malware que infectan sistemas para realizar actividades maliciosas. Los intrusos pueden utilizar diversas técnicas, como phishing, ataques de malware, descifrado de contraseñas por fuerza bruta o explotar vulnerabilidades de software para obtener acceso no autorizado y comprometer los activos digitales.

En la ley cibernética, la intrusión se refiere al acceso no autorizado o la interferencia con sistemas, redes o datos informáticos, que pueden violar los estatutos y regulaciones legales que rigen la seguridad y privacidad de la información. Las leyes cibernéticas definen las intrusiones como actividades ilegales que pueden dar lugar a cargos penales o sanciones civiles según la gravedad de la infracción y el impacto en las partes afectadas. Los marcos legales abordan las intrusiones a través de disposiciones sobre protección de datos, fraude informático, acceso no autorizado a redes y otros delitos cibernéticos, con el objetivo de disuadir y procesar a personas o entidades involucradas en acceso no autorizado y actividades maliciosas.

El proceso de intrusión suele implicar varias etapas llevadas a cabo por intrusos para obtener acceso no autorizado a sistemas o redes informáticas. Este proceso a menudo comienza con actividades de reconocimiento y escaneo para identificar posibles vulnerabilidades y debilidades en los sistemas de destino. Luego, los intrusos explotan estas vulnerabilidades mediante técnicas como la explotación de fallas de software, ingeniería social o adivinación de contraseñas para obtener acceso inicial. Una vez dentro, pueden aumentar sus privilegios, moverse lateralmente dentro de la red y filtrar datos confidenciales o interrumpir operaciones. Las estrategias efectivas de detección y respuesta a intrusiones son esenciales para detectar y mitigar intrusiones en diversas etapas del ciclo de vida del ataque, minimizando daños potenciales y protegiendo contra amenazas futuras.