El control de energía, que ya se aplica en redes de segunda y tercera generación, tiene un gran potencial para mejorar el rendimiento de las redes móviles.
Los principales beneficios son:
1. Puede reducir la interferencia en el enlace ascendente y descendente y, por lo tanto, mejora la capacidad de las redes.
2. Además, ayuda a mantener bajo el consumo de energía del enlace ascendente, aumentando así el tiempo de espera del UE.
3. Además, desde el punto de vista de EMC (Compatibilidad Electromagnética), puede mejorar considerablemente la situación.