Para implementar Zero Trust, comience por identificar todos los activos y recursos dentro de su red. A continuación, clasifique y categorice estos activos según su sensibilidad e importancia. Luego, establezca políticas y controles de acceso estrictos basados en el principio de privilegio mínimo, garantizando que solo se conceda el acceso necesario. Implemente la autenticación multifactor en todos los sistemas. Supervise y registre toda la actividad de la red de forma continua, aplicando análisis para detectar anomalías. Actualice y parchee periódicamente todos los sistemas y software para mantener la seguridad. Por último, evalúe y audite continuamente su marco Zero Trust para adaptarse a las amenazas y tecnologías en evolución.
Los pasos iniciales para adoptar Zero Trust implican comprender la arquitectura de red actual de su organización e identificar activos y recursos críticos. Realizar una evaluación exhaustiva de riesgos para priorizar áreas de mejora. Comience a implementar segmentación y controles de acceso con privilegios mínimos, comenzando con las áreas de alto riesgo. Introduzca la autenticación multifactor para todos los usuarios y dispositivos que accedan a datos o sistemas confidenciales. Establezca capacidades integrales de visibilidad y monitoreo para detectar y responder a las amenazas de manera efectiva.
Los siete pilares de la arquitectura Zero Trust incluyen: 1) Segmentación de la red, 2) Verificación de identidad, 3) Seguridad del dispositivo, 4) Seguridad de las aplicaciones, 5) Seguridad de los datos, 6) Visibilidad y análisis, y 7) Automatización y orquestación. Cada pilar se centra en mejorar las medidas de seguridad en diferentes aspectos de la red y la infraestructura para garantizar una protección integral contra las amenazas.
Los procesos Zero Trust abarcan un conjunto de prácticas continuas diseñadas para aplicar controles de acceso estrictos, monitorear la actividad de la red y responder a los incidentes de seguridad con prontitud. Los procesos clave incluyen autenticación y autorización continuas, monitoreo y análisis en tiempo real para detectar anomalías, mecanismos de respuesta automatizados para mitigar amenazas, auditoría y evaluación periódicas de los controles de seguridad, y educación y capacitación continua para todo el personal para mantener las mejores prácticas de seguridad.