¿Cuáles son los dos tipos principales de seguridad de red?

Los dos tipos principales de seguridad de la red se pueden clasificar en términos generales como medidas preventivas y de detección. Las medidas preventivas tienen como objetivo evitar que se produzcan incidentes de seguridad mediante la implementación de controles como firewalls, cifrado, controles de acceso y mecanismos de autenticación. Las medidas de detección, por otro lado, se centran en identificar violaciones o incidentes de seguridad que ya han ocurrido mediante métodos como sistemas de detección de intrusiones (IDS), análisis de registros y monitoreo de seguridad.

La seguridad de la red también se puede clasificar en seguridad física y seguridad lógica. La seguridad física implica proteger los activos físicos de una red, como servidores, enrutadores y cables, de amenazas físicas como robo, vandalismo o desastres naturales. La seguridad lógica, por otro lado, se ocupa de salvaguardar los datos digitales y los componentes de software mediante medidas como cifrado, controles de acceso y protocolos de autenticación.

Los dos niveles de seguridad de la red pueden verse como seguridad perimetral y seguridad interna. La seguridad perimetral se centra en proteger los límites de una red, generalmente a través de firewalls, sistemas de prevención de intrusiones (IPS) y puertas de enlace seguras. La seguridad interna, por otro lado, implica proteger dispositivos, datos y recursos individuales dentro de la propia red, a menudo utilizando métodos como controles de acceso, cifrado y monitoreo.

En el uso de computadoras, la seguridad se puede clasificar en seguridad física y ciberseguridad. La seguridad física implica proteger los dispositivos físicos y la infraestructura de las computadoras contra robos, daños o acceso no autorizado. La ciberseguridad abarca medidas para proteger computadoras, redes y datos de amenazas cibernéticas como malware, phishing, acceso no autorizado y violaciones de datos.

Los dos tipos principales de ataques a la red son los ataques pasivos y los ataques activos. Los ataques pasivos implican monitorear o escuchar las transmisiones de datos sin alterarlas ni afectarlas. Los ejemplos incluyen rastreo de paquetes y análisis de tráfico. Los ataques activos, por otro lado, implican acciones maliciosas que interrumpen, modifican o destruyen datos o recursos de la red. Los ejemplos incluyen ataques de denegación de servicio (DoS), infecciones de malware y ataques de intermediario (MitM). Ambos tipos de ataques plantean amenazas importantes a la seguridad de la red y requieren contramedidas adecuadas para mitigar su impacto.

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