La traducción de direcciones de red (NAT) mejora la seguridad principalmente al actuar como una barrera entre la Internet pública y las redes privadas. NAT modifica las direcciones IP de origen y/o destino de los paquetes a medida que atraviesan un enrutador o firewall, enmascarando las direcciones IP internas de los dispositivos dentro de la red privada. Este proceso oculta la estructura de la red interna a entidades externas, lo que dificulta que los atacantes apunten directamente a dispositivos o servicios específicos en función de sus direcciones IP internas. Al ocultar las direcciones IP internas, NAT agrega una capa de seguridad a través de la oscuridad, lo que reduce la visibilidad de objetivos potenciales para los actores malintencionados que escanean Internet.
Los beneficios de NAT se extienden más allá de la seguridad e incluyen una mejor escalabilidad de la red y la conservación de las direcciones IP. NAT permite que varios dispositivos dentro de una red privada compartan una única dirección IP pública, lo que permite a las organizaciones maximizar el uso de su grupo limitado de direcciones IP públicas. Esto conserva el espacio de direcciones IPv4, que se ha vuelto cada vez más escaso con la proliferación de dispositivos conectados a Internet. Además, NAT facilita la integración perfecta de redes privadas con Internet global, permitiendo que los dispositivos con direcciones IP privadas se comuniquen con redes y servicios externos sin requerir direcciones IP públicas únicas para cada dispositivo.
Una de las ventajas de seguridad más importantes de NAT es su capacidad para ocultar direcciones IP internas de redes externas. Al traducir direcciones IP privadas a una única dirección IP pública visible en Internet, NAT evita el acceso directo a los recursos de la red interna desde fuentes externas no autorizadas. Esta configuración limita la exposición a posibles ataques e intentos de acceso no autorizados dirigidos a dispositivos o servicios específicos dentro de la red privada. El papel de NAT en la traducción de direcciones IP protege eficazmente la infraestructura de la red interna de la exposición directa a amenazas externas, mejorando la postura general de seguridad de la red.
En seguridad de red, NAT (traducción de direcciones de red) se refiere al proceso de traducir direcciones IP privadas utilizadas dentro de una red local en direcciones IP públicas visibles en Internet, y viceversa. NAT opera en la capa de red (Capa 3) del modelo OSI y comúnmente se implementa en enrutadores y firewalls para facilitar la comunicación entre dispositivos en una red privada y redes externas. Garantiza que los dispositivos con direcciones IP privadas puedan comunicarse con redes públicas, como Internet, traduciendo sus direcciones IP hacia y desde direcciones públicas a medida que los paquetes de datos atraviesan los límites de la red.
La traducción dinámica de direcciones mejora la seguridad de la red al asignar dinámicamente direcciones IP públicas de un grupo de direcciones disponibles a dispositivos dentro de una red privada. A diferencia de la NAT estática, que utiliza una asignación uno a uno entre direcciones IP públicas y privadas, la traducción dinámica de direcciones (a menudo denominada PAT – traducción de direcciones de puerto) asigna múltiples direcciones IP privadas a una única dirección IP pública utilizando números de puerto únicos. Este método permite que varios dispositivos dentro de una red privada compartan una única dirección IP pública simultáneamente, al tiempo que garantiza que la sesión de comunicación de cada dispositivo esté identificada de forma única por su número de puerto. La traducción dinámica de direcciones ayuda a prevenir el acceso no autorizado al ofuscar la estructura interna de la red y reducir la previsibilidad de las asignaciones de direcciones IP visibles para entidades externas, mejorando así la seguridad y privacidad de la red.