¿Cómo funciona la denegación de servicio distribuida?

La denegación de servicio distribuida (DDoS) funciona saturando un servidor, red o servicio específico con una avalancha de tráfico de Internet. Por lo general, esto se logra utilizando múltiples dispositivos comprometidos, que a menudo forman una botnet, que envían simultáneamente una cantidad masiva de solicitudes o paquetes de datos al objetivo. El objetivo se siente abrumado y no puede manejar la carga excesiva, lo que hace que se ralentice significativamente o deje de estar disponible por completo para los usuarios legítimos.

La protección DDoS funciona detectando y mitigando el tráfico malicioso destinado a saturar un sistema objetivo. Esto puede implicar una variedad de técnicas como análisis de tráfico, limitación de velocidad, listas negras de IP e implementación de hardware especializado o servicios basados ​​en la nube diseñados para absorber y filtrar el tráfico malicioso. Los sistemas de protección DDoS pueden diferenciar entre tráfico legítimo y malicioso, permitiendo el paso de solicitudes genuinas mientras bloquean o redirigen el tráfico dañino para garantizar que el sistema objetivo permanezca operativo.

Los ataques DDoS siguen funcionando y siguen siendo una amenaza frecuente. A pesar de los avances en las medidas de seguridad y las técnicas de mitigación, los atacantes desarrollan constantemente nuevos métodos y herramientas para eludir las protecciones. El creciente número de dispositivos conectados a Internet y la disponibilidad de servicios de alquiler de DDoS contribuyen a la eficacia continua de los ataques DDoS.

Los ataques DDoS se lanzan mediante el uso de múltiples dispositivos conectados a Internet, a menudo infectados con malware, para enviar un gran volumen de tráfico a un objetivo. Estos dispositivos pueden ser controlados remotamente por el atacante, quien coordina el ataque a través de un servidor de comando y control (C&C). El ataque puede implicar varios métodos, como ataques volumétricos, ataques de protocolo y ataques a la capa de aplicación, cada uno diseñado para agotar diferentes recursos del sistema objetivo.

Un ataque DDoS ocurre por varias razones, incluida la interrupción de las operaciones comerciales, la extorsión, el daño a la reputación o la realización de una declaración política. Los atacantes pueden apuntar a organizaciones, industrias o servicios específicos para lograr sus objetivos. En algunos casos, los competidores o individuos descontentos pueden iniciar ataques DDoS para dañar a un rival o resolver agravios personales. La motivación detrás de los ataques DDoS puede variar ampliamente, pero el objetivo común es hacer que el sistema objetivo no esté disponible o degradar significativamente su rendimiento.

Hola, soy Richard John, un escritor de tecnología dedicado a hacer que los temas tecnológicos complejos sean fáciles de entender.

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