¿Cómo funciona el almacenamiento en la nube?

El almacenamiento en la nube funciona almacenando datos en servidores remotos a los que se accede a través de Internet en lugar de discos duros o dispositivos de almacenamiento locales. Los usuarios cargan sus archivos a un proveedor de almacenamiento en la nube, que administra y mantiene la infraestructura para garantizar la disponibilidad, redundancia y seguridad de los datos. Los servicios de almacenamiento en la nube suelen ofrecer escalabilidad, lo que permite a los usuarios aumentar o disminuir la capacidad de almacenamiento según sea necesario. Se puede acceder a los datos almacenados en la nube desde cualquier lugar con una conexión a Internet y, a menudo, se sincronizan entre dispositivos, lo que permite compartir archivos y colaborar sin problemas.

La necesidad de pagar por el almacenamiento en la nube depende del proveedor de servicios y de la cantidad de espacio de almacenamiento que necesite. Muchos proveedores de almacenamiento en la nube ofrecen una variedad de planes, incluidos niveles gratuitos con capacidad de almacenamiento limitada y planes premium que brindan cuotas de almacenamiento más grandes o funciones adicionales. Las estructuras de precios pueden basarse en la capacidad de almacenamiento, las tasas de transferencia de datos o los servicios específicos ofrecidos. Los usuarios pueden elegir un plan que se adapte a sus necesidades de almacenamiento y presupuesto, con opciones para actualizar o degradar a medida que cambian los requisitos.

Almacenar datos en el almacenamiento en la nube implica varios pasos: primero, elegir un proveedor de almacenamiento en la nube y registrarse para obtener una cuenta. Una vez registrados, los usuarios pueden cargar archivos a la nube utilizando la interfaz web del proveedor, el software cliente de escritorio o las aplicaciones móviles. Los archivos se transfieren de forma segura a través de Internet y se almacenan en los servidores del proveedor. Las plataformas de almacenamiento en la nube a menudo ofrecen funciones como organización de carpetas, controles para compartir archivos, historial de versiones y sincronización entre múltiples dispositivos para facilitar la accesibilidad y la administración eficiente del almacenamiento.

La computación en la nube funciona brindando servicios informáticos (incluidos servidores, almacenamiento, bases de datos, redes, software y análisis) a través de Internet («la nube») mediante un sistema de pago por uso. Los proveedores de computación en la nube como AWS, Google Cloud y Microsoft Azure mantienen enormes centros de datos con recursos virtualizados a los que los usuarios pueden acceder de forma remota. Los usuarios pueden aprovisionar y administrar recursos informáticos de forma dinámica, ampliarlos o reducirlos según la demanda y pagar solo por los recursos que utilizan. La computación en la nube permite a las organizaciones innovar rápidamente, reducir los costos de infraestructura y centrarse en los objetivos comerciales centrales en lugar de administrar hardware físico.

El almacenamiento en la nube puede ahorrar espacio al descargar datos desde dispositivos de almacenamiento locales a servidores remotos mantenidos por proveedores de servicios en la nube. Este enfoque reduce la necesidad de infraestructura local, como servidores locales o discos duros externos, y permite a los usuarios almacenar grandes volúmenes de datos sin ocupar espacio físico. Los proveedores de almacenamiento en la nube gestionan la redundancia y las copias de seguridad de los datos, garantizando la integridad y disponibilidad de los datos y al mismo tiempo liberando capacidad de almacenamiento local para otros fines. Además, el almacenamiento en la nube admite la escalabilidad, lo que permite a los usuarios ampliar la capacidad de almacenamiento según sea necesario sin limitaciones físicas.